martes, 3 de junio de 2008

Uno de partidos (cuento)

Sucedió una vez en el País de no pasa nada, se habían incrementado las demandas sectarias para la legalización de las drogas luego de una cruenta guerra contra el narcotráfico, en que militares, marinos y policías federales preventivos y autoridades locales habían sido abatidos luego de llevar a ese país a una especie de guerra civil.

Fue entonces que la organización política Drogadictos Concientes A. C. obtuvo su registro como partido político, haciendo suya la demanda poblacional de terminar la guerra contra el narcotráfico por medio de la legalización de narcóticos y estupefacientes. Aquí hay que hacer notar que se trata de un partido político creado afuera del Estado, el Partido de los Drogadictos Unidos (PDU).

El día de las votaciones, no faltaron las prácticas deshonestas, no obstante el PDU consiguió hacerse de la presidencia del País de no pasa nada, no sólo eso, también obtuvo la mayoría representativa en el parlamento, enseguida fueron aprobadas las primeras reformas en materia de narcóticos, pero, únicamente se legalizó la marihuana, posesión y consumo fueron legalizados como medida de prueba

Cuando quedó al descubierto que la economía se veía afectada luego de esta medida, pues al parecer la prohibición sostenía una parte sustancial de la economía del País de no pasa nada. Una corriente quiso echar atrás la reforma reciente, otra corriente pugnó por continuar con los compromisos de campaña inmutables, al elegir a su Comité Ejecutivo Nacional, el PDU se enfrentó a una elección deshonesta y finalmente se impuso la corriente que postulaba el retroceso, La legalización de la marihuana retrocedió, para algunos sectores de la población, con esto, el PDU había traicionado la causa que le dio origen.


En la primera elección no sólo habían votado por el PDU los consumidores de drogas, también personas afines a la idea de que la solución a la guerra civil que agobiaba al país, era la legalización; sucedió que para las siguientes elecciones, -además de que sólo acudió a las urnas el 45 por ciento del electorado-, como una especie de apatía hacia la política y las instituciones como medios efectivos para poner fin a la violencia desatada, el PDU perdió el poder.

El partido tuvo que cuestionarse qué era más importante, la supervivencia de la organización o los fines con los que esta había sido concebida, finalmente el partido se disolvió y sólo algunos liderazgos y corrientes de moderados que eran afines a la oligarquía del poder, constituyeron otra organización política, la Asociación de Marihuanos y Drogadictos Anónimos A. C, (AMDA) la burocracia generada por el PDU encontró trabajo rápidamente en el aparato estatal.

Desde el principio el PDU había estado infiltrado por los tres principales carteles del narcotráfico, el poder se había movido en la informalidad, la breve legalización de la marihuana había obedecido a una baja en el mercado del tráfico de la misma, por la situación en que se habían visto impedidos los campesinos que siembran esta hierba debido a los operativos conjuntos en materia de seguridad y a que cualquier otro tipo de cultivo es económicamente inviable.

Esto se descubrió a partir de la difusión de un par de conversaciones telefónicas por parte de una de las dos televisoras en que se escuchaba al presidente nacional de PDU concertar la abolición de la reforma probatoria en un lenguaje no muy ilustrativo como para consignarse aquí.

En este caso ni importo la sobrevivencia de la organización.

En el País de no pasa nada muy pocos recuerdan la ilusión que constituyo la llegada del PDU al poder, este se enfrento con el desafío que encierra ser gobierno y ya no oposición, por si las dudas la AMDA está ahí, haciendo pronunciamientos sobre la guerra contra el narcotráfico que al día de hoy no termina, por si se ofrece constituir un partido político esta la AMDA y su presidenta vitalicia, Elba Esther.


FIN

Cortesía de Memonas.

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